Abran paso al campeón

Ayer se jugaba la esperada final anticipada entre el Real Madrid y el Manchester City. La semifinal se jugaba con el recuerdo reciente del año anterior, dónde el City fue superior en juego, pero donde el equipo blanco mostró un carácter nunca antes visto. Volteó la eliminatoria con un final de infarto que dejo a los sky blues con cara de circunstancia. El equipo de Guardiola llegaba con el recuerdo del partido y la lección aprendida: Nunca des por muerto al Real Madrid. 

    Teniendo presente los antecedentes, Bernardo Silva, Rodri y Gündogan salieron a jugar y no dejar respirar a Modric y compañía. No hubo partido. La presión asfixiante y la precisión en los pases fueron mermando al conjunto merengue, el cual no conseguía conectar más de dos pases seguidos. La lata la abrió el portugués Silva, después de que Courtois hubiera dejado claro en dos remates de Haaland, porqué es el mejor portero del mundo. Dos intervenciones de leyenda, en especial la segunda. Pero quedaba claro que el muro blanco ayer no aguantaría mucho más y en el minuto veinticinco, el Madrid hincó la rodilla y comenzó el festival.

    La segunda parte no tuvo mucho más y aunque hubo una tímida reacción por parte del vigente campeón de Europa, ayer la eliminatoria estaba predestinada a caer para el equipo inglés, que es hoy por hoy, el mejor equipo de Europa de largo. El Inter tendrá que intentar una proeza aún mayor que la efectuada por los espartanos en la batalla de las Termópilas. La superioridad en medio del campo con hasta siete jugadores interviniendo, son el sello de un entrenador que hace del control su medio de vida.

    Ahora nos queda esperar si definitivamente un proyecto de petrodólares (Manchester City y PSG) se coronan con la ansiada orejona, o el establishment de grandes de Europa (Real Madrid, Milán, Bayer, Inter, Manchester United, Juventus, FC Barcelona) sigue aguantando las envestidas a modo de inversión proveniente de Oriente Medio.

Hagan sus apuestas y abran su cerveza, la final se jugará en Turquía y sólo puede quedar uno.