El adiós de Messi

  Llegó el día tan temido en la ciudad condal. No hubo acuerdo, la negociación se rompió y se destapó la precaria situación económica del Barcelona. Un secreto a voces, que la directiva blaugrana ha intentado suavizar o tapar. Messi se va, y lo hace de la peor de las formas, sin una explicación a la afición que tanto amor le ha dado. Su imagen queda más tocada.

    Hace un par de días temblaba medio mundo. Todos los medios se hacían eco de la no renovación del astro argentino y la página del Barcelona hacía un comunicado oficial ante la avalancha de rumores. Las redacciones de los periódicos echaban humo, las televisiones hacían especiales, la afición culé quedaba en shock. Sobre la razón de por qué no renovaba, muchas hipótesis, pero sobretodo una causa por encima de todas, que confirmó Joan Laporta ayer en rueda de prensa. La situación económica del club.

    El Barcelona está casi en quiebra. Una deuda de 1.300 millones de euros de una gestión pésima de la anterior junta directiva. Sueldos astronómicos, pagos de fichajes muy por encima de mercado: Dembélé y Coutinho, ambos por encima de los 100 millones. Griezmann otros tantos, cuando no le hacía falta al Barcelona, etc, etc. La norma del Fair play financiero ha sido demasiado, y las cuentas no están cuadradas. Laporta lo ha intentado todo: ventas, intercambios, reducciones de sueldo. Pero no ha sido suficiente. El coronavirus ha puesto todo patas arribas, y la burbuja del fútbol no ha sido menos. Se ha roto la sensación de que el club lo aguantaba todo. Pero no lo ha aguantado y ahora, se enfrenta a una profunda crisis de la cual le va a costar años salir. El problema es serio de verdad, y lo único positivo para el club, es que ha llegado un presidente que acaba de demostrar que tiene fuerza para tomar decisiones muy duras de tomar. 

    En mi opinión, Joan Laporta es el gran vencedor en esta situación. Su gestión en estos primeros meses de presidente, está siendo por encima de su figura, por encima de jugadores, por encima de todo. Sin mirar tanto, si su figura se desgasta. Demostrando un amor real por los colores blaugranas. Messi queda, en cambio tocado. Ha tenido en su mano, demostrar que tenía ganas de quedarse, pero el astro quiere seguir ganando títulos y dinero, y eso ha estado por encima del amor que pueda tener al FC Barcelona. Es lícito y está en su derecho, pero su imagen se desgasta.

    Ahora en el horizonte, queda un Barcelona que no ha conseguido un rédito económico de la salida de Messi, algo que le hubiera venido francamente bien. Y un Messi, que según informaciones, iría al PSG, con una ficha similar a la que cobraba en Barcelona. Un matrimonio que se rompe y en el que una parte parece haberse llevado, la mansión, la fortuna y el yate.

Comentarios

Entradas populares de este blog

HISTORIAS DEL FUTBOL I: SANDYGATE ROAD

Lágrimas, nervios y alivio

Inicio de temporada