Atentos a Bol, Bol

Todo el mundo habla hoy de Zion Williamson y su elección como número uno del draft. Y no me extraña, hablamos de un portento de la naturaleza de tan sólo 18 años con capacidad para anotar, asistir y defender. Además en un sociedad donde tendremos a buscar reemplazos de ídolos que se fueron, es inevitable pesar en el gran Shaquille.

Pero la verdad, dejando a un lado virtudes notables de Zion, me ha cautivado la historia de Bol Bol, hijo del mítico Manute Bol. Un jugador muy, muy distinto a lo que hay en la NBA. Con 2,18 y 2,34 de envergadura le hacen ser un pívot al que sabes que te va a costar parar o que no te tapones. La realidad es que jugadores altos en la NBA hay muchos, pero con esa velocidad de movimientos y un porcentaje de 52% en triples pocos, muy pocos. Así que se me hace difícil pensar el por qué de su elección en el número 44 del draft 2019. Lo único que pienso es que las franquicias tenían informes o sospechas reales de que sea un jugador frágil en cuanto a lesiones.

La verdad es que yo prefiero verlo desde otro enfoque. ¿Se imaginan un duelo Antetokounmpo frente a Bol Bol? O más aún ¿Cuán temible sería un equipo con ambos jugadores? Ambos dominan la pintura y tienen tiro exterior y son el futuro uno, y otro, empieza a ser una realidad.

Pues la verdad, imaginándose todo esto se me hace difícil la elección en el puesto 44 y más aún si traspaso a Denver por parte de Miami. Todo esto lo fundamento en que veo números uno del draft de los últimos años como Fultz o Bennett y pienso cuanto se deben estar tirando de los pelos equipos como Cleveland y cuántos eligieron antes a jugadores para que Anteto se fuera al puesto 15. Nadie tiene una varita mágica, pero cuando hay una excepción o algo muy diferente llama la atención que se deje pasar.

En fin, desde aquí seguiré los pasos muy de cerca de Bol Bol, de si le respetan las lesiones, de si evoluciona, de si marca un antes y un después. Yo desde aquí veo un diamante en bruto, sería bonito ver dónde están dentro de cinco años Zion y Bol.

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