España está peleada con el gol

    España encarrilaba ayer su pase a los cuartos de final de las olimpiadas de Tokio, con un empate a uno frente a Argentina. El resultado los clasificaba como primeros de grupo y dejaba fuera de los juegos a la albiceleste, en un partido claramente dominado por la selección española. 

    España jugó con su habitual juego de posesión y presión alta en la salida del contrario. El juego de España permite controlar el tempo del partido y casi todas las opciones del rival. Tanto Egipto, Australia como Argentina, sólo encontraron opciones de marcar en contraataques lanzados desde muy lejos y en jugadas a balón parado. Entonces ¿Dónde está el problema? ¿Por qué esa sensación de que a la selección olímpica puede escapársele la presea olímpica como se le escapó a España absoluta la Eurocopa? La respuesta es sencilla y de difícil solución: El GOL.

    Cabe preguntarse si España en todas sus selecciones profesionales carece del talento del goleador de un goleador de primer nivel mundial. Podría ser. Sólo Villa, en los últimos quince años ha sabido interpretar a la perfección el juego de toque de España, para hacer daño de verdad. Recordemos que es el máximo goleador histórico de España. España toca y toca, en muchos partidos, demasiados diría yo, olvidan la importancia de la verticalidad y la profundidad en el juego. En muchas ocasiones, dan la sensación de estar más preocupados de no perder el balón, que de hacer daño al rival. No sólo es cuestión de encontrar un Villa, que actualmente no lo hay. Es una cuestión que Luis Enrique o los jugadores, si supieron descifrar en la Eurocopa, y que ahora la olímpica debe plantearse: El riesgo, de vez en cuando, de dar un pase largo o en profundidad.

    En esa interpretación, Oyarzabal ayer dio una clase magistral de desmarques, pero no tuvo siempre el pase, ni tiene el olfato de un nueve, porque no lo es. Oyarzabal es un extremo con gol. Pero eso parece no verlo ni Luis de la Fuente, ni Luis Enrique durante la Eurocopa. Ni quiero matar a ambos entrenadores, que están haciendo un trabajo encomiable, ni quiero matar a Oyarzabal. Pero hay veces que volver a lo de siempre, un nueve en vez de un falso nueve, puede ser lo ideal. Ya lo fue con Morata en la euro, por qué no ahora con Rafa Mir.

    La otra premisa es, algo más sencillo y aún más difícil de arreglar para llegar al gol. Tanta posesión, embotella al equipo rival, dejando aún menos espacios y se hace imprescindible que rompan los laterales para crear superioridad y algún espacio más. Pero esto deja desguarnecida la defensa y los rivales lo saben. Se me hace difícil parar a Richarlison en un hipotético partido, corriendo al espacio. En fin, no quiero que parezca que todo está mal, porque no lo está. De hecho, esta forma de jugar tiene a España en la élite y con posibilidades en todos los campeonatos. Pero los partidos tienen matices, y a veces sería interesante dejar que el rival tome algo de aire, para atacar con algo más de espacio.

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