Orgullo de campeón

Durante los últimos seis años España ha dominado el fútbol mundial, algo totalmente inusual en los cerca de cien años que llevamos de ciertas competiciones internacionales por países. El hecho de que España fuera un "nuevo rico" , aunque contaba con unas olimpiadas y una eurocopa en 1964, ha provocado cierto recelo en algunas personalidades del fútbol que han alzado la voz después del partido frente a Holanda.

La variedad de opiniones es recomendable y aceptable, pero no se debe dar por muerta a una selección que tiene mucho crédito. Y tiene crédito no sólo por los tres títulos conquistados, sino porque entre otras cosas cuenta con un elenco de jugadores que han ganado o han llegado a la final de la liga de campeones, amén de otros muchos que han jugado las semifinales. Con esto deseo recalcar que España no vive del recuerdo, sino que tiene un presente de garantías.

Dicho todo esto el equipo debe reaccionar. Debe tener presente que para ganar los partidos además de jugar la pelota hay que correr. Hay que correr no sólo hacia atrás en repliegue y defensa, hay que correr fundamentalmente al espacio y en el desmarque. España no jugó mal la primera parte pero fue un catenaccio escondido, en el que se obsesionó demasiado en el control y le faltó desmarques al espacio y le sobro demasiado juego al pie. Ese factor lo convierte en un equipo previsible. Aún así, analizando el partido si Silva mete la ocasión, con un dos a cero otro gallo hubiera cantado.

El caso es que el partido de Holanda es agua pasada, sólo queda mirar hacia delante y ganar a Chile, donde sudará sudor y lágrimas para ganar a una muy, pero que muy buena selección. Tendrá que sacar el orgullo de campeón contra las cuerdas y morder, no con patadas sino con algo que tiene este equipo, mucho mucho fútbol. Jueguen señores, que la guerra no ha hecho sino comenzar.