España da la cara



España vestía de rojo, como nunca, y ganó en Francia en partido oficial...como nunca. Y es que con este equipo nos estamos habituando a cosas que nunca han entrado dentro de la normalidad en España. En los últimos días se ha hablado mucho del crédito de este equipo. Todo se ha desmadrado un poco, ni tan tanto ni tan poco. Me da la sensación que algunos son incapaces de aceptar una crítica constructiva, pero otros se han pasado criticando, catalogando de final el ciclo de España y da la sensación de que todo el mundo quiere cobrarse su factura por algún lado... ya se sabe, partidarios de Torres, de Raúl, de Aragonés, de, de, de... al juego.

Francia se cerró bien y salía aún mejor a la contra, Ribery que bueno eres, pero mejor fue ayer Victor Valdés que fue absolutamente decisivo con muchas paradas, pero sobretodo un mano a mano que le sacó al jugador del Bayern cuando en París ya se cantaba el gol. El partido fue un punto y seguido a lo que es España, que tuvo la posesión del partido hasta límites inimaginables, 75%. Pero es una realidad que hay que buscar nuevas fórmulas porque cada vez los equipos se le encierran más y mejor. La realidad es que Iniesta, Alonso o Xavi son los desconectores de lineas y sin ellos el equipo queda plano y sin profundidad. Mata quiere dar un paso adelante, pero no cuenta demasiado como alternativa para Vicente del Bosque, quizá el o Isco puedan ser soluciones claras de respuesta saliendo desde el banquillo en el mundial, porque de momento el cuadrado Busquet-Alonso-Xavi-Iniesta es intocable.



España esperó, pacientemente tocando con personalidad y esperando que la defensa gala se abriera por algún resquicio. Por cierto que Villa necesita aún más minutos en el Barça para tener un nivel físico más alto de cara a la copa confederaciones. Apareció Pedro, que hoy por hoy es el gol en España y de paso salió por fin Navas, que bajo mi punto de vista debe ser titular siempre, y más si Arbeloa es el lateral. Navas abrió el campo y mantuvo a Francia con una mirada puesta hacia atrás cuando debía mirar hacia delante porque necesitaba empatar. La velocidad y regate del sevillano rompe el ritmo de los partidos y da otra velocidad a España.

En fin, España ganó cuando tenía que hacerlo, como siempre en los últimos años, y no entiende de campo, ni ambiente ni nada que se le parezca. Pero debemos tener cuidado, porque al equipo se le ve cansado y con falta de frescura en lo físico y en lo mental.

Comentarios

Entradas populares de este blog

HISTORIAS DEL FUTBOL I: SANDYGATE ROAD

Lágrimas, nervios y alivio

Inicio de temporada