Cesc Fabregas y un cruel destino


          Ayer se jugaron los dos primeros partidos de octavos de final de la liga de campeones, en el primero el Shakhtar gano 3 a 0 a una Roma, que la verdad tuvo una manera horrible de perder. Se comportó como un lobo al borde de la muerte, dando zarpazos a diestra y siniestra, solo que olvido que esto es deporte y los zarpazos se dan con goles y no con patadas y demás golpes.
          En cuanto a la otra eliminatoria, El Barça ganó a un pobre Arsenal por 3 a 1. Digo pobre porque no me valen las excusas del árbitro. El Arsenal se vistió de lo que no sabe hacer, intentó construir un castillo defensivo con artistas del pincel. Si al Barça le entregas la pelota, es cuestión de minutos que te mate. Lo curioso del destino es que el gol que abría el marcador, viene precedido de un fallo de Cesc en el borde del area. Fabregas soñaba con jugar en el Camp Nou con la camiseta del Barça, pero ayer se conformaba con comandar a la victoria al equipo que le dió la oportunidad y que le formó como la persona que es. Lo peor no es sólo que no hiciera un gran partido, gracias en parte al planteamiento de Wenger y a su pronta recuperación de una lesión, no... lo peor fue la pitada que le dió el Camp Nou. Una pitada injusta diría yo, una pitada para un jugador que este verano dijo que quiere jugar en el Barça, que es lo único que quiere. Y el público blaugrana en su mayoría le pitó, muy feo.
          Quizás ayer se rompió el sueño de vestir la blaugrana, quizás ayer la afición culé le empujó sin darse cuenta a fichar por el máximo rival, el Real Madrid. Sin duda el Real tenía pocas oportunidades de ficharlo, pero creo que ayer aumentaron. Cruel destino para uno de los jugadores más importantes que ha dado este país.

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